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Con todo lo que se ha hablado estos días del regreso de Víctor Muñoz al banquillo del Zaragoza bien era de esperar este desenlace. Por eso Notas de Fútbol no quiso adelantar nada. Y es que cuando todo parecía cerrado, a falta de algunos detalles, las negociaciones entre el club y el técnico maños se rompieron y no hubo acuerdo. El único, que será José Aurelio Gay quien se encargue del equipo hasta junio —o hasta que le despidan, claro—, algo que ha sido confirmado por la entidad. Después del 6-0 encajado ante el Madrid, la continuidad del interino parecía descartada, pero será finalmente quien tome las riendas del Zaragoza e intente reconducir la situación actual del club, esa que su director general, el ex del Rayo Gerhard Poschner, se encargó de repasar en una rueda de prensa de tres cuartos de hora.
Parece ser que las condiciones del contrato que ayer mismo el representante de Muñoz, ‘Tente’ Sánchez, se encontraba negociando en Zaragoza no eran las mismas acordadas de forma verbal días atrás. Puede que Víctor Muñoz quisiera un proyecto más largo y el club sólo le renovase si mantenía al equipo en Primera. Y digo puede, porque estas reuniones y negociaciones esconden tanto que uno no puede aferrarse únicamente a las informaciones que accede. Por tanto, no hay nueva etapa del técnico al frente del Zaragoza, al que ya dirigió entre 2004 y 2006, periodo en que lo salvó de la Segunda División y logró una Copa del Rey y una Supercopa de España.
Quien sí volverá a un banquillo de la Liga BBVA es Juan Manuel Lillo, que se hará cargo del Almería. Tras la destitución de Hugo Sánchez, será el míster guipuzcoano el encargado de salvar al conjunto rojiblanco, actualmente a un punto de la zona de descenso. Lillo fue un entrenador laureado en su día, por su apuesta futbolística con el Salamanca y por ser el más joven en sacarse el carné nacional de entrenador. Su precocidad y sus éxitos con el conjunto charro —ascensos consecutivos— fueron primero de la mano, pero luego su historia comenzó a ser la de un trotabanquillos que acabó entrenando incluso en Méjico, donde coincidió con Pep Guardiola en el Dorados de Sinaloa. Ahora, con 44 años —la misma edad que Quique Flores—, tiene la oportunidad de hacer bien las cosas en Almería y demostrar que sus teorías pueden ser prácticas en la máxima categoría, donde nunca obtuvo grandes resultados.
Foto | El Mundo
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